Me acuerdo de cuando estaba en el colegio y las primeras compañeritas, cabe recalcar que era un curso de puras mujeres, comenzaban a tener pololo, claro, de esos que duraban como dos horas, o a lo más, un día; un mes, era ya era una relación consolidada, y había una regla clara. No sé quién la inventó, pero ahora me gustaría saber quién lo hizo y si era consciente de sus terroríficas consecuencias futuras: hacerse la interesante. jajaja!
Todavía escucho las palabras de unas de mis mejores amigas explicándome, mejor dicho advirtiéndome: cuando un mino te pida pololeo o algo, dile que lo vas a pensar. Para mí, el colegio fue un laberinto de rituales, códigos y demás cosas que se me hacían un laberinto en la cabeza. Además, no se me pasaba por la cabeza que algún mino me fuera a "pescar" ni tener que pasar por todo ese trámite de decirle que lo iba a pensar o algo parecido. Y ahora que reflexiono, al momento en que escribo, me pregunto: ¿qué tendría que haber pensado? A los doce, trece o catorce años ¿qué vas a pensar? Por supuesto que nada.
Este alargamiento del ritual de la seducción, realmente por las puras, no significa nada. Tanto que a mi primer pololo, cuando me hizo la típica pregunta, no le dije que lo iba a pensar, ni que sí, ni no, le dije "ya". Por tal respuesta fui condenada por mis amigas. ¿Cómo se me había ocurrido? Esa relación, según ellas, estaba destinada a terminar en las próximas 24 horas, si no eran 12 nomás, por no haber seguido el manual. . Él y yo estuvimos nueve meses. Todo un record, y la excepción de esa tonta regla en mi vida, porque he comprobado, que las cosas no han cambiado. Todo sigue igual, así cuando hoy en día la frasesita "voy a pensarlo" se haya reemplazardo por otra(s) palabras o comportamientos igual de ridículos. Porque sí, lo he hecho, y me lo han hecho. Creo que simplemente uno tiene que dejar de ser tan estructurado en materias de la vida, cuesta decirlo porque es una de mis caracteristicas, pero el amor? mejor vivirlo, pensar pero no tanto, mejor dejo el tema a un costado para confiar en el instinto.
Todavía escucho las palabras de unas de mis mejores amigas explicándome, mejor dicho advirtiéndome: cuando un mino te pida pololeo o algo, dile que lo vas a pensar. Para mí, el colegio fue un laberinto de rituales, códigos y demás cosas que se me hacían un laberinto en la cabeza. Además, no se me pasaba por la cabeza que algún mino me fuera a "pescar" ni tener que pasar por todo ese trámite de decirle que lo iba a pensar o algo parecido. Y ahora que reflexiono, al momento en que escribo, me pregunto: ¿qué tendría que haber pensado? A los doce, trece o catorce años ¿qué vas a pensar? Por supuesto que nada.
Este alargamiento del ritual de la seducción, realmente por las puras, no significa nada. Tanto que a mi primer pololo, cuando me hizo la típica pregunta, no le dije que lo iba a pensar, ni que sí, ni no, le dije "ya". Por tal respuesta fui condenada por mis amigas. ¿Cómo se me había ocurrido? Esa relación, según ellas, estaba destinada a terminar en las próximas 24 horas, si no eran 12 nomás, por no haber seguido el manual. . Él y yo estuvimos nueve meses. Todo un record, y la excepción de esa tonta regla en mi vida, porque he comprobado, que las cosas no han cambiado. Todo sigue igual, así cuando hoy en día la frasesita "voy a pensarlo" se haya reemplazardo por otra(s) palabras o comportamientos igual de ridículos. Porque sí, lo he hecho, y me lo han hecho. Creo que simplemente uno tiene que dejar de ser tan estructurado en materias de la vida, cuesta decirlo porque es una de mis caracteristicas, pero el amor? mejor vivirlo, pensar pero no tanto, mejor dejo el tema a un costado para confiar en el instinto.
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