Se vienen días difíciles, comenzamos ya con las evaluaciones, hace mucho tiempo que no me sentía tan yo, tan conectada con lo verdaderamente relevante, lo que me motiva a despertar a diario, con esa pequeña ventana que le queda a mi vida para hacer y ser lo que yo tanto he soñado y luchado. En ocasiones siento que mis fuerzas desvanecen, que no quiero despertar por el cansancio físico y por sobretodo mental, son varios años ya de lucha, quizás no tan constante como debiera haber sido, pero eso “fue” el ahora es el que importa, de a poco estoy enfocando más mi ruta, estableciendo para que estoy en este momento de mi vida, distinguiendo entre lo que realmente me favorecerá a posteriori, tal como lo hice hace 5 años cuando rechacé una propuesta laboral de Mel. Quizás sonará duro pero el año pasado perdí mucho en esta área, mi enfoque iba por otro lado, por otro sector, me focalicé tanto en querer ser una mujer “normal” con mariposas y cosas cursis, una Dalia distinta a lo habitual, dejando a esa mujer racional, fría e inclusive ruda, como más de alguna vez me dijo mi amigo Hugo. Si visualizo lo que fui por otro lado, es decir “el lado b”, creo que gane mucho, deje fluir lo que soy, conocí mis limites del querer, me sentí feliz en varias ocasiones, compartí momentos que nunca borrara mi memoria y estoy agradecida por eso. Sin embargo viendo el “lado a”: perdí, a veces me sentí derrotada, pero creo que toda derrota ayuda a poder dar vuelta la página y saber valorar lo que realmente importa, quizás la piense mas a la próxima, porque poniendo la raya para la suma, mi vaso se rebalsó y no estuvo para poder ayudarme como tantas veces estuve para secar, tomar de ese vaso y estabilizar. Eso decepciona y ese sabor amargo no se lo doy a nadie, porque no soy mujer de entregarse tan fácilmente, no ando por la vida enamorándome de cualquiera, ni postergando lo que soy por el ser en conjunto. Quizás decir que faltó valoración sería de un ego máximo, pero que si, a veces no se sabe ni aprecia lo que se tiene hasta que lo pierde, al menos yo puedo seguir mi ruta tranquila y tener conciencia que disfrute, valore y di todo lo que ni yo sabía que podía dar y peor aún yo si sé bien lo que perdí, que lástima que de una ilusión pase a ser una lección de vida de esas obligaciones como diría mi profesor de civil de “No hacer ni dar”.
La canción: Mediocre – Ximena Sariñana